Cocina de experiencias debajo de… ¡una lavandería!

“Bocabajo-Bocarriba” es un restaurante escondido debajo de una lavandería ubicada en la city porteña, con una propuesta gastronómica de “experiencias” a través de distintos menús degustación.

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La entrada está camuflada por las máquinas industriales, los canastos de ropa y el aroma a suavizante.

Al bajar las escaleras, el ambiente a la luz de las velas, la cristalería Riedel y las botellas de vino descubren un espacio inimaginable desde la calle.

La cocina está a cargo de un equipo de jóvenes cocineros, con Tomas de Felice a la cabeza, cuya propuesta de menús de pasos está dividida según los días de la semana.

Imagen tomada con un Moto g84 5G

Los lunes y martes ofrece la “Experiencia Argentina, la ruta del vino”, un viaje audiovisual, gastronómico y sensorial por toda la Argentina.

El vino como conductor lleva a cada una de las regiones naturales del país; una única mesa donde llegará un menú de seis pasos y seis vinos.

Los miércoles y jueves propone la “Experiencia Kamado”, un menú de ocho pasos donde el fuego es el protagonista, desde el amuse bouche hasta el postre.

Y, los viernes y sábados, la “Experiencia Bocabajo”, un menú de nueve pasos elaborado con productos de estación.

“Bocabajo-bocarriba” cuenta con una cava con más de 60 etiquetas, cuidadosamente seleccionadas, para ofrecer una carta de vinos federal que muestra la diversidad del país y pequeños productores.

De miércoles a sábados, se puede optar por vino a la carta o alguno de los dos maridajes que proponen: corto o largo.

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Sus propietarios son Nery Aimale y Sebastián Antich, dos emprendedores argentinos radicados en Barcelona que decidieron regresar a Buenos Aires en 2019 y trasladar su negocio de administración de departamentos de Airbnb al país.

Buscando un local que oficiase tanto de oficina inmobiliaria, así como de lavadero (de las sábanas y toallas de los departamentos que administraban) encontraron este local con su particular sótano.

Cuando la pandemia dejó sin turismo a las ciudades, convirtieron el sótano en un restaurante oculto que ofrecía diferentes experiencias gastronómicas.

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