A Contramano Pet Nat Naranjo, un vino nacido de una casualidad
Jorge Rubio lanzó A Contramano Pet Nat Naranjo, un vino “Petillant Naturel” o espumoso natural elaborado a base de su Naranjo de uvas Moscatel de un histórico parral del Oasis Sur mendocino, nacido de una casualidad.
El Pét-Nat (abreviatura de Pétillant Naturel, en español “naturalmente espumoso”) es un método de elaboración ancestral con raíces en Limoux, Francia, en el siglo XVI, que prescinde de la adición de azúcares para su fermentación y su gasificación es totalmente natural.
En los orígenes de la viticultura, los vinos frenaban su fermentación en invierno y la retomaban con la llegada de la primavera, generando de manera natural burbujas dentro de la botella.
La creación de este Pet Nat naranjo surgió de forma inesperada a partir de un pequeño lote de A Contramano Naranjo que experimentó una re-fermentación no planeada y resultó un vino naturalmente gasificado.
“Esto nos impulsó a desarrollar deliberadamente esta fermentación controlada mediante el ‘Método Ancestral'”, explicó Jorge Rubio, jefe de Enología y director de la bodega de General Alvear, en el sur de Mendoza.
El proceso de elaboración consiste en embotellar el vino durante su fermentación alcohólica, permitiendo que las levaduras consuman el azúcar y generen de manera natural el gas carbónico que se convierte en burbujas.
A Contramano Pet Nat Naranjo se elaboró con uvas Moscatel de un antiguo parral de más de 50 años en la zona de Carmensa, Oasis Sur mendocino, con fermentación natural, levaduras indígenas y granos enteros.
Antes de terminar la fermentación, con un residual de azúcar de 12g, el vino fue prensado y embotellado para que termine de fermentar en botellas y se conserve el gas carbónico producido naturalmente durante la fermentación alcohólica.
La eliminación de las lías se realizó por degüelle, quedando todavía un parcial de sedimentos.
Como resultado, se obtuvo un espumoso ligero que se revela en nariz con delicados aromas cítricos y florales, complementados por sutiles notas de levadura; en boca, su sequedad y frescura se destacan con toques de pomelo, durazno y jazmín.
Se caracteriza por su extrema frescura, su baja graduación alcohólica y su delicado y atractivo color; es un vino muy frutado, con burbujas leves y cierta turbidez, producto de las levaduras depositadas en forma de sedimento en el fondo de la botella.
La ausencia de agregados durante la fermentación y la mínima intervención enológica contribuyen a un perfil de sabor puro y desafiante desde el punto de vista de la producción.
Su frescura y las notas frutadas complementan muy bien los sabores del mar, como mariscos y pescados más ligeros; un ceviche, ostras frescas o sushi; ensaladas frescas con ingredientes como frutas, quesos suaves y vinagretas cítricas; el picante de algunos platos y, gracias a su fina burbuja, frescura y baja graduación, el aperitivo.
“Siguiendo la filosofía de la línea A Contramano, queríamos rescatar la expresión pura de la Moscatel, dando como resultado un espumoso muy liviano, fresco, genuino y lleno de personalidad; además, la tapa corona le da un toque disruptivo y promueve nuevas ocasiones de consumo”, agregó Matías Padín, responsable de Marketing y Comunicación.