Gordo Chanta: pizzas de estación y vinos en Villa Crespo
La pizzería “Gordo Chanta” ofrece en la esquina de Juan Ramírez de Velasco y Darwin, en Villa Crespo, una carta diferente, enfocada en los productos de temporada, con ricos vinos, buenos platos complementarios y helados.

Durante la pandemia, Juan Carlos Ortiz empezó a hacer de manera autodidacta y en un horno de barro pizzas para ofrecer en modo delivery; y, en 2022, pasó a tener su propio local en la esquina de Juan Ramírez de Velasco y Darwin, en Villa Crespo.
El nombre nació de los primeros tiempos, cuando un cliente -cuenta Ortiz- criticó una de las pizzas diciéndoles a los creadores que eran unos “gordos chantas” y decidieron utilizarlo.
Si bien Buenos Aires es una ciudad con una gran cultura pizzera, sintieron que todavía había lugar para proponer algo distinto: una pizza más conectada con el producto, con la estacionalidad, con una técnica más cuidada.
El boom de la pizza napolitana en la pandemia abrió la puerta para que con el tiempo el estilo fuera tomando una identidad más local, más porteña, menos italiana.
Gordo Chanta se distingue por hacer pizza de una manera que juega con combinaciones distintas, siempre cuidando la técnica y el producto.
“Nos alejamos del maridaje clásico con cerveza para apostar por vinos nacionales de pequeños productores. Además de la pizza, tenemos una propuesta de platos que cambia constantemente según la temporada, y hacemos nuestros propios helados”, explica Ortiz.
La carta cambia estacionalmente, pero algunas variedades son las favoritas del público en cada momento del año.
En verano, la de higos con stracciatella y miel picante; en otoño, la de papa a la huancaína con aceitunas negras y huacatay; en invierno, la de hongos con ajo negro; y, en primavera, la de espárragos con crema de hongos.

La decisión de maridar pizzas con vino puede ser llamativa, pero los creadores de Gordo Chanta sienten que el vino, especialmente el natural y de pequeños productores, les permite contar otra historia.
“Hay una conexión más profunda con la tierra, con el trabajo y con el producto; y creo que marida increíble con la pizza, así que la combinación no solo me pareció lógica, sino necesaria”, dijo Ortiz.
Los vinos de la carta son de baja intervención, de pequeños productores u orgánicos, y de Bodega López, por su conexión histórica con las pizzerías porteñas.
Además de las pizzas, la carta incluye pequeños platos para picar, como la manteca de ajo negro con pan, el jamón crudo con higos o los mejillones en escabeche con pickle de hinojo y chimichurri.
También hay platos como la tostada de pesca, el aguachile verde de langostinos, o los elotes al horno de leña, entre otros.