Las Antípodas, el viñedo que pone a Junín en el Mapa del Vino
Finca Las Antípodas está ubicada en Junín, a unos 260 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y unos 700 kilómetros en línea recta hacia el Este, a la misma latitud que San Rafael, Mendoza.
Su nombre remite a que se sitúa, de manera casi exacta, en las antípodas de Mendoza, el tradicional polo vitivinícola argentino, juego de palabras que, sumado al desafío de desarrollar un viñedo en una región no tradicional, marca el espíritu pionero del proyecto.
“Hay cada vez más regiones que tienen su propia personalidad y es divertido ir probando vinos de distintos lugares que no sean todos iguales”, describe Mariano Tessone, uno de sus creadores.
La historia de Finca Las Antípodas comienza con Mariano Tessone y Juan Pablo Richelmini, dos amigos juninenses apasionados por el vino, quienes decidieron implantar un viñedo.
El padre de Tessone tenía unas tierras en una zona de quintas de Junín; luego, se ampliaron a otras cinco hectáreas, conformando las seis en total que poseen hoy.
Tessone, abogado y exjugador de rugby, y Richelmini, conocido como “El Polle” en el ámbito avícola querían que “Junín tenga su vino propio”.
Con el asesoramiento de Gabriela Celeste, directora de la consultora líder Eno-Rolland, se delineó un proyecto experimental con la implantación de las primeras plantas de Malbec, Petit Verdot y Cabernet Franc en noviembre de 2013.
“El proyecto Finca Las Antípodas representa un verdadero reto que demuestra que, con dedicación, conocimiento científico y pasión, todo es posible”, explica Celeste.
Según la especialista, “el esfuerzo incansable de los propietarios y su equipo cercano fue clave, junto con la aplicación de la ciencia para lograr la producción de uvas saludables en una región donde antes era impensable cultivarlas”.
Actualmente, Gerardo Pereyra es el winemaker y asesor principal, también juninense y estudioso del mundo del vino.
“El valor agregado de Las Antípodas así como para cualquier otro productor de esta zona de la Provincia de Buenos Aires es la aventura de cosechar fruta sana y elaborar vino”, cuenta Pereyra.
Pereyra añade: “La idea es que respetemos lo que sucede en el campo, lo que nos dice y entrega la planta y a partir de ahí, elaborar el mejor producto posible en cada año”.
Las lluvias constantes y la presencia de insectos propios de la región provocaron la pérdida de la primera cosecha en 2017, lo que los llevó a implementar planes de acción para adaptar el manejo de la finca a las particularidades del clima local.
Además, se colocaron mallas anti granizo para proteger las plantas de los pájaros, aunque este método también trajo desafíos como la condensación de humedad.
En 2018, Finca Las Antípodas presentó su primer vino: Las Antípodas Field Blend 2018, un corte de 75% Petit Verdot y 25% Malbec, con una producción de apenas 600 botellas; el inicio de una serie de etiquetas que hoy incluyen también Ancellota y Marselan.
“Nuestros vinos son frescos, con poco alcohol, con alguna nota herbácea y con poca intervención de madera porque lo que queremos es que se exprese el terroir de la zona”, señala Tessone.
Finca Las Antípodas es uno de los nueve viñedos que conforman la “Ruta del Vino de la provincia de Buenos Aires”.
La finca cuenta con tres guest houses estilo container con capacidad para cuatro personas cada una, con vistas a la finca, rodeadas de viñedos y con una piscina; y el paquete de alojamiento, que requiere reserva previa, incluye desayuno y degustación de vinos como actividad opcional.
El crecimiento los llevó a sumar socios, siempre manteniendo la esencia de ser un proyecto de amigos: así se incorporaron Matías “El Fiche” Noberasco y Juan “El Oso” Sarracín.