“Hierba Mala”, ginebra de montaña

“Hierba Mala” es una “ginebra de Montaña” elaborada por Andina Compañía Destilera que apuesta a poner en valor esta emblemática bebida.

En la Argentina la ginebra es considerada una bebida muy tradicional ya que los gauchos la consumían antes de salir a trabajar al campo y en las pulperías.

Para remarcar su descendencia y brindar homenaje a la misma, en su etiqueta figuran tres malevos llevan vestimenta inglesa de época y actitud desafiante, entrelazando campo y ciudad.

Con una base alcohólica compuesta por un blend específico de granos malteados por la propia destilería, está formulada con 18 botánicos, varios de ellos del ecosistema del piedemonte andino.

Es una bebida de color transparente; en nariz se muestra sutil, con dejos a malta y naranja dulce y con algunas notas terrosas y picantes.

En boca tiene muy buen cuerpo, se percibe dulce y sedosa por el aporte de la malta; resalta su perfil resinoso proveniente del enebro y el aguaribay; de final cálido con toques de canela y nuez moscada.

Existe una versión ahumada de ginebra Hierba Mala, con un paso de 24 meses por barrica de roble, de edición limitada exclusiva de temporada invernal.

Andina Compañía Destilera es una destilería boutique de spirits de alta gama creada en 2014 que aprovecha las materias primas de todo el cordón cordillerano, desde los Andes australes a los Andes tropicales.

Desde los primeros destilados de los monjes del siglo XIII hasta el renacimiento moderno impulsado por jóvenes innovadores, la ginebra ha recorrido un largo camino.

Con raíces históricas en Europa y una fuerte presencia en el folclore argentino, esta bebida emblemática está resurgiendo gracias a destilerías de nicho.

Los primeros registros de esta bebida se remontan al siglo XIII cuando los monjes destilaban alcoholes tónicos utilizando el enebro con fines medicinales, contra la peste negra y otras plagas.

Justamente, el origen de la palabra Ginebra viene de jenever, que se traduce del neerlandés como enebro.

Hacia el siglo XVII, soldados ingleses que combatían para los Países Bajos contra la Corona española consumían la bebida por sus efectos calmantes, pero ya comenzaba a detectarse su consumo para fines recreativos.

A mediados de dicho siglo había en territorio holandés y flamenco pequeñas destilerías que producían un spirit de cebada malteada con enebro y otras botánicas como anís, coriandro y comino.

En cambio, en Inglaterra, en lugar de utilizar vino de malta, comenzaron a emplear alcohol de grano de alta graduación, destilado con precisión para eliminar cualquier sabor o aroma no deseado.

La destilación de la ginebra se convirtió en un arte refinado: Los destiladores experimentaron con una amplia variedad de botánicos y especias, buscando lograr un sabor distintivo y equilibrado.

El enebro siguió siendo el ingrediente principal pero se complementó con una variedad de botánicos, como la cáscara de naranja y limón, y especias como la canela.

Pero todo fue en evolución y pronto se creó una alternativa verdaderamente revolucionaria con la llegada del London Dry Gin durante el siglo XIX.

Este estilo se caracteriza por su sabor seco y limpio, con un fuerte énfasis en el enebro y un final fresco y cítrico.

La introducción del alambique de columna permitió a los destiladores producir ginebras de una pureza sin precedentes, lo que resultó en un perfil de sabor más suave y refinado.

Esto da origen al famoso London dry Gin, una ginebra más seca, compleja y refinada.

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