Jardín de Hormigas, línea de vinos orgánicos de parcela
Bodega Altos Las Hormigas lanza un nuevo estilo de vinos, que buscan mostrar el terroir a través del Malbec impulsando la biodiversidad y la agricultura holística y regenerativa.
Desde sus inicios, cuando fue fundada por los italianos Alberto Antonini y Antonio Morescalchi, ALH es un proyecto dedicado a elaborar 100% Malbec del Terroir de Mendoza.
El nuevo estilo de vinos de la bodega se destaca por la fruta y la frescura, ser gastronómicos, versátiles, limpios, originales, de sabores sutiles y acidez natural.
La nueva faceta trae un cambio de imagen en todo su portafolio con un rediseño de etiquetas donde se destaca el arte.
Las etiquetas son obras de artistas reconocidos locales e internacionales como el pintor y dibujante mendocino Osvaldo Chiavazza, el argentino Miguel Repiso, el peruano Joselito Sabogal y la francesa Laurence Chéné.
Además, la bodega sumó nuevas botellas Borgoña ecológicas de peso muy ligero en todos sus productos; e inició una política de comercialización directa con nuevos acuerdos y la puesta en marcha de un plan comunicacional estratégico.
Entre las novedades, la bodega lanza una línea de vinos orgánicos de parcela como tope de gama: Jardín de Hormigas Los Amantes y Meteora 2021, dos 100% Malbec de la región Paraje Altamira, Valle de Uco, productos de un terroir súper calcáreo y una agricultura holística y regenerativa.
“Jardín de Hormigas es nuestra finca en Paraje Altamira, 50 hectáreas de las cuales solo 32 hectáreas están plantadas, el resto queda en su estado natural; un proyecto de viñedo verdaderamente único, desarrollado con un concepto de jardín”, explica el director de Enología y Viñedos, Federico Gambetta.
Su diseño fue organizado por unidades según los diferentes tipos de suelos calcáreos en 22 parcelas pequeñas de 1,5 hectáreas cada una intercaladas con fauna y flora nativa; un sistema de riego independiente y cultivadas orgánicamente desde el principio.
La historia cuenta que, en los inicios, al plantar los viñedos se encontraron con que las hormigas eran las verdaderas dueñas del lugar, deambulando por el viñedo y arrasando las hojas jóvenes de las plantas.
Antonini y Morescalchi se rehusaron a envenenarlas y comenzaron a buscar maneras naturales para desviar su atención, sin la utilización de plaguicidas.
De allí, en honor al trabajo de las hormigas, humilde, paciente, dedicado, persistente y en equipo, surge el nombre la bodega.