La historia detrás de las cerezas de Familia Schroeder

Familia Schroeder elabora cerezas de exportación en San Patricio del Chañar, Neuquén, además de sus vinos de alta gama.

Su producción de 233.200 kilos al año provienen de una finca propia de 25,6 hectáreas ubicada en una zona con características singulares.

Para diversificar los negocios de la familia, Herman Heinz Teodoro Schroeder invirtió en chacras a pocos kilómetros donde su padre había tenido una plantación de manzanos entre 1940 y 1945.

Ubicado en un terreno contra la barda -ladera de los valles- para proteger los cultivos de los fuertes vientos, el establecimiento frutícola nació en 1998 y obtuvo la primera cosecha de cerezas frisco, santina, lapins y sweetheart en 2002.

Se especializa en el cultivo, producción y conservación de fruta fresca de calidad: cerezas de exportación y manzanas orgánicas con el sello de la certificadora francesa ECOCERT.

También cuentan con un frigorífico, desde el cual se prestan distintos servicios y se realiza el proceso de selección y empaquetado de las cerezas durante la temporada.

El 17% de su producción es para el mercado interno, comercializado bajo la marca Pincen y Saurus; y 83% para la exportación, con las marcas Delfina Cherries, Phoenix y Dragón Heart.

San Patricio del Chañar está ubicado a 39º de Latitud Sur a sólo 300 metros sobre el nivel del mar, con una amplitud térmica que favorece la formación de colores y la concentración de azúcares en los frutos.

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Naturalmente tiene baja incidencia de granizo y cuenta con la pureza del agua del Río Neuquén, proveniente del deshielo de los Andes, para el riego.

Las escasas precipitaciones, menos de 200 mm anuales, junto a los constantes vientos, generalmente durante los atardeceres y la noche, colaboran con la sanidad de las plantas.

Durante el año se realizan diferentes tareas culturales en la chacra, como la poda, el trabajo de suelo, fertilizaciones, control de plagas y enfermedades y protección contra las heladas.

Se están desarrollando 4,5 hectáreas productivas con motivo de aumentar la superficie de producción de cereza.

Y se trabaja para mantener y mejorar la implementación de certificaciones que garantizan calidad a los consumidores.

Cuentan con certificación Global Gap, de buenas prácticas agrícolas del recurso humano y prácticas ambientales certificadas a nivel mundial.

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