Bodegas de 14 provincias certifican sus prácticas de sostenibilidad

Una veintena de bodegas de 14 provincias podrán certificar sus prácticas de sostenibilidad gracias a un programa de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), con financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para impulsar el proceso de certificación de la Guía de Sostenibilidad de la Vitivinicultura Argentina, para agregar valor y promover la internacionalización de más empresas.

Con el objetivo de promover la consolidación de la sostenibilidad vitivinícola, como estrategia de diferenciación y agregado de valor a partir de la implementación de la “Guía de Sostenibilidad Vitivinícola Argentina”, auditoría y aplicación de Sello “Argentina Sostenible”, la Coviar, a través de su unidad ejecutora de Pymes Exportadoras, firmó un convenio con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para llevar adelante un programa de asistencia directo a empresas para que puedan implementar la Guía y certificar el sello Vitivinicultura Argentina Sostenible.

La sostenibilidad es uno de los ejes centrales de desarrollo contemplados en el Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) en su actualización a 2030.

En este marco, Coviar, en articulación virtuosa entre los sectores públicos y privados, trabaja junto con los gobiernos provinciales y el financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para ayudar a que bodegas de todo el país puedan certificar sus prácticas sostenibles, con el objetivo de agregar valor a su producción y satisfacer la demanda creciente de los mercados internacionales.

Con el aporte de los gobiernos provinciales a través del CFI, el programa ya en marcha dispone de financiamiento y ayudas por $44 millones que benefician a 23 bodegas de 14 provincias argentinas.

La preocupación por la sostenibilidad a nivel de los procesos productivos es de interés creciente en los mercados del mundo, dado el uso intensivo en recursos naturales y de capital humano.

En este sentido, existe un imperativo de alinear los niveles de competitividad de los países con su desempeño en esta materia.

Al mismo tiempo, estas mejoras se traducen en oportunidades en cuanto a la contribución a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

De esta manera, la sostenibilidad se introduce de forma creciente y transversal en todas las economías actuales, en donde los consumidores y la sociedad en general exigen menores impactos sociales y ambientales.

“Esto nos va a ayudar a tener un mejor orden y registro de todas las actividades de la finca y la bodega”, afirma Sebastián Rodríguez, de la bodega Merced del Estero de San Juan.

“Esperamos lograr abarcar aspectos aún no abordados y consistencia en nuestra forma de realizar las tareas en la bodega y viñedos”, agrega Pablo Asef, propietario de bodega La Matilde de Córdoba.

Las bodegas que trabajan en certificar la Guía de Sostenibilidad en Mendoza son RJ Viñedos, Cuarto Dominio, Cechin, El Amansado, Terrazas Andinas Bourras, Clement y La Abeja; en La Pampa, Lejanía; en Río Negro, Trina; en Entre Ríos, Los Aromitos; en Buenos Aires, Gamboa; en Salta, Nanni y Tacuil; en La Rioja, La Riojana; en Tucumán, Río de Arena; en Chubut, Nant y Fall; en Neuquén, Malma; en San Juan, Sierras Azules, Merced del Estero y Los Dragones; en Córdoba, La Matilde; en Catamarca, Michango; y en Jujuy, Amanecer.

“Es muy importante esta certificación primero porque en el tipo de industria en la que estamos, donde nuestros productos y la materia prima vienen de la tierra, es fundamental cuidar los recursos, ser muy precisos a la hora de manejar los procesos y ser cuidados con el medio ambiente”, afirma Ana Viola, CEO de bodega Malma en Neuquen.

El programa ya está en marcha desde marzo y se trabaja con el objetivo de certificar sostenibilidad en cada una de las bodegas participantes durante el ciclo productivo 2024.

Los recursos del CFI van orientados a cubrir los honorarios de los consultores que trabajan junto a cada una de las bodegas participantes para medir primero sus impactos, diseñar e incorporar las medidas que permitan modificar procesos con el objetivo de alcanzar los estándares internacionales exigidos para finalmente certificar la Guía, obteniendo así el Sello Vitivinicultura Argentina Sostenible.

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